Reconstrucción post-Mitch en Nicaragua La quinta contribucion en la serie Discutiendo diferentes experiencias en proyectos de reconstrucción, e-magazine EcoSur documenta un proyecto post-Mitch en Nicaragua, donde se ha construido un asentamiento con 180 familias  que perdieron su vivienda en las inundaciones y deslizamientos de tierra provocados por las lluvias  torrenciales que cayeron en los ultimos dias del mes de octubre de 1998 sobre el norte de Nicaragua.

Cuando el 30 de octubre 1998 el Huracán “Mitch” entró sobre Nicaragua, la población estaba sin ningún nivel de preparación. Mientras que en otros países se siguió la trayectoria del huracán por televisión y radio, el gobierno de Nicaragua había decidido no informar para evitar el pánico entre la población. Los moradores en las montañas del norte, sin acceso a canales extranjeros, se incomodaron ante las primeras lluvias descomunales, pero no sabían que esto iba a durar tres dias y noches seguidos. En las provincias norteñas, llamadas “Las Segovias” se dañaron  7,200 viviendas y se perdieron más de 4,000, el 15% de la totalidad de casas existentes. 

Reconstrucción post-Mitch en NicaraguaEl Municipio de Ocotal sufrió sobre todo por deslizamientos de tierras ya que varios barrios estaban construidos en zonas de alto riesgo. Las autoridades locales tomaron la iniciativa y junto con un grupo de profesiores y estudiantes de la capital, Managua, quienes habían ayudado en la fase de emergencia, planificaron acciones de reconstrucción. Varias pequeñas ONG's en España contribuyeron con fondos y la Municipalidad logró conseguir un terreno adecuado en las orillas del pueblo para reasentar a las familias que perdieron sus casas y que no pudieron regresar a su solar en alto riesgo.

En una serie de reuniones con los potenciales beneficiarios se decidió construir con adobe. Aunque mucha gente hubiera preferido ladrillos o bloques de concreto, la posibilidad de poder hacer los adobes de forma comunitaria era un argumento clave para poder bajar los costos y abarcar mas familias con el mismo dinero. No obstante, lo decisivo fue el hecho de que el pueblo de Ocotal es construido de adobe y el proyecto incluye significativas mejoras en la construcción que han sido comprobadas por los años (ver Guatemala: Experiencias con Varias Tecnologías y Terremoto en Guatemala - un cuarto de siglo después)  Se creó una estructura organizativa bajo el nombre “Pueblos Unidos” y con la ayuda de los profesores y estudiantes se elaboró un proyecto modelo. Aceptando el terreno tal como era, con sus modulaciones y sin querer emparejarlo como muchas veces se hace en los proyectos sociales, se diseñó un barrio interesante y funcional. El libre flujo de las aguas de lluvia es garantizado, las calles se acomodan al terreno y los solares se distribuyen de forma orgánica. El diseño de las viviendas obedece a patrones tradicionales, sencillos, funcionales y presentables, se crea la imagen de un barrio “natural”.

Reconstrucción post-Mitch en NicaraguaLa construcción se organizó en pequeños equipos formados por un albañil, un carpintero y dos ayudantes, muchos de ellos beneficiarios del mismo proyecto. A la par de estos equipos asalariados se organizaron las brigadas  de apoyo de los beneficiarios, quienes hacian los adobes, trabajaron en limpieza, excavaciones y transporte.  El avance no fue muy rápido, ya que las finanzas entraron poco a poco, esto a la vez tuvo un efecto positivo, ya que los beneficiarios se sintieron más comprometidos a través de la lucha y las incertidumbres y la selección de las familias sue pudo hacer con más cautela. Cada familia tenía que “calificarse” para poder entrar en la lista de los beneficiarios.

La construcción inició a los 5 meses del siniestro y se completó con 180 viviendas en tres años. La construcción de cada casa tomó en promedio 37 dias laborales y el costo era de 50 USD por m2. Esta cifra incluye los costos de manejo, pero no las multiples ayudas del gobierno municipal en forma de servicios y transporte.  Más adelante se hicieron otras 120 casas en el terreno vecino. Seis años despues de la terminación, el proyecto luce bien, mucha gente ha hecho mejoras y adiciones a su vivienda, la comuna tiene vida y se respira satisfacción. Sin duda es un proyecto modelo, gracias a una buena coordinación entre las autoridades locales, un creciente grado de organización entre los beneficiarios y el apoyo profesional.

Reconstrucción post-Mitch en Nicaragua