Desde el inicio, nos percatamos de dos problemas básicos existentes en los países en vías de desarrollo: la tremenda deforestación y la gran incidencia de materiales de construcción importados. Por tanto, empezamos a buscar soluciones de techo que usaran menos madera, a la vez que sustituyeran importaciones.
Luego de haber leído acerca de investigaciones para la producción de láminas para techo de fibroconcreto, hechas a mano, comenzamos nuestros propios experimentos. Cuando los primeros techos estuvieron colocados, descubrimos que no solo era difícil obtener un ajuste perfecto entre las hojas, sino también que estas eran frágiles y de manejo complejo. Después de algún tiempo, aparecieron las rajaduras y nos dimos cuenta, de que no resultaban factibles para nuestros propósitos. Estaba claro que había que reducir el tamaño de las láminas y debía desarrollarse algún tipo de proceso mecánico que permitiera garantizar la consistencia del tamaño y el ajuste entre ellas.
Por aquel tiempo, SKAT organizó en Suiza un seminario donde se reunieron personas procedentes de varios países, quienes habían estado experimentando con la construcción manual de láminas para techo. Sofonías estaba preparado para decir a los participantes que olvidaran el tema. Entonces, otro asistente informo del desarrollo de una máquina vibradora pequeña y moldes de polietileno para hacer tejas. ¡Compramos una máquina y se inició la producción!
Convencidos de que la teja de micro concreto resultaba una solución viable, a la vez ecológica y económica para los techos, presentamos un proyecto a la Cooperación Suiza para el Desarrollo. De los modestos inicios de quince plantas pilotos en seis países, la teja de micro concreto se ha extendido a través de una región, de modo que a fines de 1998, existían 649 talleres, que empleaban directamente a 3650 personas. Todos estos pequeños negocios han logrado su propio financiamiento, por lo que el proyecto se ha destacado en la movilización de capital.
A finales de 1999, la producción acumulada de Tejas de MicroConcreto en América latina era de unos 14.6000.000 m2, equivalentes a alrededor de 240,000 techos.
En los últimos diez años, ha sido posible desarrollar una red de productores, consultores e institutos universitarios de investigación, y de sus actividades se han expandido para incluir otros ecomateriales. La Red EcoSur es hoy el vehículo para la difusión, educación, control de calidad e investigación de la tecnología. Sus consultores han brindado asesoría e impartido cursos introductorios y avanzados más allá de América Latina, en África, Asia y la ex Unión Soviética.