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Este pais tiene una fuerza increible

Impresiones desde Haití, principios de marzo.

Yasmina Tippenhauer
(Coordinadora de "Tierra incógnita", Génova, Suiza)

Antes de hablar de Haití, va un pensamiento por el pueblo chileno que acaba de ser seriamente sacudido.

Después de unos días en Haití y todo lo que veo aquí, confirma la necesidad urgente de la sociedad civil de intervenir activamente en el proceso de reconstrucción del país. Visitamos campos donde la gente se junta para vivir como puede, pero las calles enteras son campamentos, la gente duerme donde puede, sin infraestructura.

Haití: Este pais tiene una fuerza increible

La gente se organiza como puede, brindando su propia ayuda, sin medios, sin donaciones, sin sueldo, sin NADA. O sí: con su fuerza natural, su creatividad, su amor por la vida y por los suyos.

En los campos que hemos visitado, la gente generalmente no tiene ni carpa, ni agua, ni comida ¿Cómo sobreviven? Es del orden del milagro. PERO ves a los niños jugando, a los jóvenes jugando a la pelota, a las niñas peinándose, a la gente escuchando música haitiana, cantando y a veces bailando, hablando, riéndose. Todo eso a pesar de estar o amputados, heridos, con muchos familiares muertos, sin casa, sin nada... O sí: ¡Con un agradecimiento profundo con la vida!

Aun no ha empezado a llover de verdad... ¡y las carpas no se distribuyen!

La ciudad esta devastada, y parece que el 80% de los edificios que están parados tienen que ser destruidos porque no sirven y son peligrosos.

Frente a todos los campamentos improvisados se ven anuncios del tipo "Necesitamos agua y víveres, por favor colaboren". Y piensas "aquí no hay NADA, no porque todo eso no este físicamente en el país, sino que ¡no se distribuye!

El domingo desaparecieron 8 niños de un hospital de Puerto Príncipe: el trafico humano es obvio.

Pero este país tiene una fuerza increíble, y solo espero que los haitianos podamos apropiarnos de la reconstrucción.

Es importante reforzar la población civil, con sus iniciativas, en particular en los campamentos: proporcionarles víveres, agua, organizar ollas comunes y capacitación para que aprovechen de este tiempo y se preparen a participar en la reconstrucción. Y es necesario buscar dinero para pagar a los responsables de los campamentos, porque sin ellos... no pasa nada.

Habrá también que buscar estructuras de micro-crédito para que las personas que salgan de los campamentos puedan reconstruir lo mejor posible. Así, en las capacitaciones, hay que enseñar a construir con pocos medios pero de manera duradera.

Hay muchísimo por hacer.