George, Lilly, Mitch, Lilli, Michelle, Ivan, Charly.....
Después que el huracán Michelle pasó por el Caribe y Centroamérica en Noviembre del 2004, un articulo en El Guardian se refirió a la gran diferencia en los daños entre Cuba y sus países vecinos, no solo en este huracán, sino en muchos de los que han ocurrido en las ultimas décadas: "... Por alguna razón, Cuba nos puede dar una lección a todos"
El Dr. Gilberto Quevedo, director del centro de investigación CIDEM, de Santa Clara, Cuba, explica que existe una política de prevención organizada desde el nivel nacional hasta los vecindarios. Organizaciones comunales y sectores profesionales están integrados en un programa de defensa civil, y se elaboran planes y estrategias que se aplican cuando existe el peligro de ciclones u otros desastres naturales.
El análisis de las causas es importante para guiar los pasos que se dan en la infraestructura. Un examen sobre las causas de las inundaciones resultó en un programa de construcción de diques y presas. En autopistas y carreteras se ha previsto que las inclinaciones aseguren la evacuación de las grandes cantidades de agua que traen los huracanes. Los alcantarillados y puentes han sido construidos de forma que permitan la circulación de agua, sin que ocurran inundaciones. Otro énfasis se ha puesto en la construcción de viviendas. El desarrollo de la planificación urbana disminuye el riesgo por no usar terrenos vulnerables a inundaciones o deslizamientos.
Después del huracán Lilli, en 1996, el CIDEM implementó proyectos con EcoMateriales en las zonas afectadas. El huracán Michelle pasó por esta zona en el 2001.
Según el director del Instituto Nacional de la Vivienda de Cuba, "resistir a Michelle fue una prueba real. Las Tejas de MicroConcreto y los bloques fabricados con EcoMateriales ganaron credibilidad".
La población de Isabela todavía recuerda cuando Michelle pasó, con rachas de vientos de hasta 280 km/h, y destruyó varias edificaciones. No obstante, 21 familias ya tenían techos de TMC. Un habitante declaró que en el pasado cada vez que pasaba un huracán perdían el techo, pero ahora no tuvo ni siquiera tejas rotas y se sintió seguro.
En Cuba, las limitaciones para construir no son monetarias, principalmente, sino debidas a la escasez de materiales en el mercado. Dos años de producción de cemento alternativo en dos provincias, y su uso como sustituto del cemento Pórtland, han permitido duplicar la producción de bloques. Las Tejas de MicroConcreto (TMC), en combinación con estructuras innovadoras, han llegado a ser el sistema de techos livianos más usado en la última década. El uso de materiales locales y desechos de la industria azucarera sostiene este desarrollo que ha sido nominado como mejor práctica en el Dubai Hábitat Award 2004.