Julio Vargas La investigación continua sobre el comportamiento del adobe en los terremotos es la base del código peruano para construcciones con tierra, normas que sirven como punto de referencia en muchos países del mundo.

La mayor parte de la población del Perú vive en casas de tierra y ni siquiera puede soñar con una de ladrillos. Así, la investigación para dar solución a esta realidad reviste mucha importancia, no solamente para Perú, sino también para los países pobres del hemisferio sur, amenazados por este tipo de desastres.

"La razón de proseguir investigando es descubrir cómo reforzar las viviendas para que no colapsen y mueran las personas, para que no se repita lo sucedido en 1970", explica el ingeniero Julio Vargas, quien ha jugado un papel clave durante estas décadas de trabajo.

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La Pontificia Universidad Católica de Perú (UCP) inició sus investigaciones después del gran terremoto de 1970, el cual causó 70 mil muertes. El terremoto previo de 1966, en Lima, alertó a los investigadores, y el posterior de 1974 confirmó la importancia de la investigación continua. Durante casi cuatro décadas los científicos han profundizado en el tema. Este es el secreto de las normas peruanas.

Las labores fueron guiadas durante este período por Julio Vargas, quien era presidente de ININVI (Instituto Nacional de Investigación y Normalización de la Vivienda), además de profesor de la UCP. Como dice Vargas, "En América Latina no se acostumbran a las investigaciones continuas. Nadie había estudiado seriamente el tema."

adobe_003El desarrollo del código
Se ha sufrido la falta de continuidad; el interés y dedicación de la sociedad y el gobierno siempre se pone en función de los eventos, cuando no hay terremotos el interés baja, para volver a subir después que ocurre.

El seguimiento proporcionado por esfuerzos privados de la Pontificia Universidad Católica de Perú (UCP) y el catedrático Julio Vargas ha permitido dar continuidad a la investigación. "Los borradores de códigos estaban listos en 1974", dijo Vargas, "estos fueron los primeros pasos de un proceso de tres años, para finalmente conseguir la ley en 1977".

Terminaron el código en 1985. La versión fue incluida como el capítulo de construcción con tierra del "International Association of Earthquake Engineering of Tokyo"; también en la publicación de "Non-engineered Constructions". Este código forma la base de los códigos de la India y Nepal, además de otros países latinoamericanos.

"En el 2007, estamos revisando el código actual," subraya el presidente de la comisión estatal, Julio Vargas.

Observaciones técnicas de los daños
"Aprendimos sobre los daños en el laboratorio y el campo", consideró Vargas. "Se repetían patrones de fisuras en los muros y también fallas verticales en las esquinas, fallas en aspas diagonales, entre las ventanas y puertas".

"Con esa información buscamos soluciones. Importante fue comprender que las roturas de los terremotos reales eran iguales a los que encontramos en los ensayos de laboratorio. El desplazamiento es lo que tiene que controlarse para evitar el colapso", y enfatiza que el colapso significa pérdidas de vidas.

 

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Programas de vivienda a largo plazo
Desde 1977, el código ha servido de base para varios programas pilotos estatales. No obstante, la respuesta a largo plazo implica programas de viviendas para la parte de la población más afectada en los terremotos.

En 1986, instituciones financieras estatales apoyaron la construcción de viviendas, se utilizó el Banco de la Vivienda, Banco Hipotecario y el Banco de Materiales para proporcionar créditos diferenciados (sin intereses para las zonas rurales). Se construyeron muchas casas, una experiencia que duró cinco años, el período de un gobierno.

Después de 1990, desaparecieron estos organismos financieros con el objetivo de reducir el aparato estatal, y se han dejado de construir casas de adobe con intervención del estado. Solo se construyen las espontáneas. Esto implica que se edifiquen más viviendas de ladrillo. Los pobres no pueden construir con ese material, solo pueden hacerlo con adobe. Actualmente, el 40% de la población vive en casas de tierra sin intervención, sin seguir el código.