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Un viaje al siglo 19 en Ecuador

Proyecto "Mejorando la Vivienda" en Guano, Ecuador

La gente de Chingazo, Ecuador, son en su mayoría, pequeños agricultores de bajos recursos. Muchos viven en chozas tradicionales o en casas a medio terminar que ofrecen poca protección contra el frío del Altiplano Andino y contra la ceniza del volcán Tungurahua. Debido a su condición socio-económica, estas familias no pueden mejorar su situación por cuenta propia.

La ONG Alemana DESWOS, junto con el socio local Fundación EcoSur Ecuador*, ha comenzado un Proyecto para mejorar la comunidad de Chingazo. El programa se financia a través del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo, BMZ, de Alemania.

Luego de un diagnóstico intensivo con la participación de la gente de la comunidad, se decidió quién y en qué grado necesita apoyo. Se mejorarán los techos, pisos, ventanas, puertas, así como inodoros y duchas y se reconstruirá una parte con casas nuevas. Estas reparaciones proporcionarán a 100 familias condiciones de vida dignas y mejorarán su calidad de vida.

Luego de su encuentro con la gente de Chingazo en Septiembre de 2015, el Dr. Kurt Rhyner, de la Red EcoSur reportó:

 

Rehabilitación de forma participativa en Chingazo, cantón Guano, provincia de Chimborazo, Ecuador

La casa de Rosa Ambi, antes y después

El viaje desde la capital de la provincia, Riobamba, hasta Chingazo es de solo 20 kilómetros, pero es un viaje con la sensación de volver al siglo 19. Los caminos, en sentido estricto, no existen. Muchas de las casas están cubiertas por pasto, son chozas redondas o con malas paredes de ladrillo y techo de paja. Son los pocos techos de concreto y los muchos pedazos de plástico en el suelo los que me traen de vuelta en el tiempo.

En Chingazo me encuentro con Rosa Ambi. Ella quedó embarazada de su tercer hijo cuando su marido se fue. Se quedó sola, con los niños, en una casa a medio construir. La casa solo tiene paredes. No tiene ni piso ni techo. Rosa cubrió un cuarto con plástico para poder resistir el frío de la noche a 3,000 metros de altura.

Rosa colabora con los albañiles paleando arena mientras que su hijo más pequeño, de apenas un año de edad, juega en el suelo. Aunque no es muy comunicativa, al conversar con ella repite una y otra vez lo agradecida que está. Ella ahora es dueña de su pequeño pedazo de tierra y ya no teme ser desalojada de su casa. Cuando empiecen las lluvias en unas semanas, Rosa sembrará maíz en toda su parcela.

Un poco más adelante en el camino, vive su tocaya, Rosa Pilco. Esta señora de tercera edad vivía en una sencilla choza redonda con el típico techo de paja en punta. Ella vive ahora en una casa pequeña casa reconstruida por DESWOS y la Fundación Ecosur Ecuador, con estufa, inodoro y sitio para lavar la ropa. Con la ayuda de su sobrina, Rosa pagará el crédito para la mejora de la vivienda. De acuerdo al nivel de pobreza, una parte de los costos de renovación y construcción debe ser reembolsada a un fondo común que proveerá de más renovaciones o, en caso necesario, viviendas nuevas.