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Revestimientos para combatir enfermedad – Conectando la ciencia con la práctica

 “Poner ciencia a los conocimientos empíricos” es el lema del trabajo. El grupo de la Universidad San Carlos, de Guatemala, liderado por los docentes Javier Quiñónez y Virgilio Ayala, está presentando resultados claros. La sorpresa ha sido que la primera puesta en práctica se hace dentro de un programa nacional de salud. En Guatemala, como en muchos países de la región, el “Mal de Chagas” es una enfermedad seria que afecta a decenas de miles de personas y las lleva a una muerte prematura. Una forma sencilla de combatirla es quitándole el hábitat a los insectos (vinchuca) que la trasmiten a las personas. Uno de los encargos claves de la segunda Conferencia de Ecomateriales hace tres años fue investigar y documentar las tecnologías y materiales para revestir paredes de tierra. Este es un arte conocido por miles de albañiles alrededor del mundo, pero casi desconocido por los técnicos y científicos, o al menos con una falta casi total de documentación científica. Docentes y estudiantes en Guatemala y Ecuador presentan los primeros resultados sobre su investigación en este tema.

“Poner ciencia a los conocimientos empíricos”, es el lema del trabajo. En EcoSur ya se ha reportado varias veces sobre el tema. El grupo de la Universidad San Carlos en Guatemala, liderado por los docentes Javier Quiñónez y Virgilio Ayala, esta presentando resultados claros. La sorpresa es que la primera puesta en práctica se hace dentro de un programa nacional de salud.

En Guatemala, como en muchos países de la región, el “Mal de Chagas” es una enfermedad seria que afecta a decenas de miles de personas y las lleva a una muerte prematura.

En 1909, el medico brasileño Carlos Chagas —especialista en enfermedades infecciosas— descubrió que la vinchuca transporta un parásito unicelular al que le dio el nombre de Tripanosoma Cruzi. La genialidad de Chagas le permitió realizar un triple descubrimiento, a partir de esa información: (a) una enfermedad, (b) su agente causal y (c) su transmisor. Es tal vez el único caso conocido en la historia de la medicina en que un investigador tiene esa triple satisfacción y honor.

Una forma sencilla de combatir la enfermedad es quitarle el hábitat a los insectos (vinchuca) que la trasmiten a las personas. La vinchuca anida en rajaduras y pequeños hoyos en el cielo y las paredes de las casas. Un buen repello o enlucido resulta un medio eficaz para controlarla. De ahí que el grupo de estudiantes de la Universidad San Carlos esté impartiendo clases prácticas y teóricas a los promotores de salud sobre la forma de repellar las casas de adobe, tan abundantes en el campo guatemalteco.

Omar Medrano, quien recientemente ha presentado su tesis de grado sobre el tema “Relación entre la composición química y mineralógica y la adherencia mecánica de suelos usados en revestimientos de muros de tierra”, explica que se tiene plena certeza de que un repello de tierra es la forma ideal para revestir una pared de adobe. Lo que no sabemos todavía a ciencia cierta, es la composición química y mineralógica del mortero ideal. Para determinarla se empieza ahora una nueva serie de pruebas, para lo cual se ha obtenido un financimiento a nivel nacional.

Después de estas primeras dos etapas de la investigación, donde se han analizado en detalle más de 80 “recetas” de albañiles y constructores, se puede resumir que la adición de cal en los morteros de tierra y arena aumenta la adherencia y, sobre todo, la resistencia a la humedad. La cal puede utilizarse directamente en el mortero, o como versión más económica, aplicar una capa delgada y fina de cal con arena sobre el repello de tierra. Se ha encontrado que las tierras con propiedades puzolánicas (abundantes en zonas volcánicas) dan un resultado especialmente bueno, sobre todo cuando se combinan con cal.

El uso de cemento Pórtland en estos morteros resulta contradictorio. Si bien es cierto, que esta capa será altamente resistente a los efectos de la lluvia, casi siempre se desprende la pared, cuando se aplica en áreas grandes. Esto se debe a una combinación de factores, que va desde los variados módulos de expansión en cambios de la humedad, hasta la carga electrónica de las moléculas que no son compatibles entre el cemento Pórtland y la arcilla.